miércoles, 5 de noviembre de 2008

VIAJE CON MIEDO

Parecía ser un buen día. Salimos de Madrid con sol, no demasiado frío. Cuando llegamos a la sierra, estaba todo nevado. Venia una niña y jugamos mucho con la nieve, había estado nevando todo el día. Lo peor fue a la hora del regreso, la carretera se había helado y no teníamos cadenas. El coche se iba para todos lados sin poder controlarlo. Yo cada vez más nerviosa, me palpitaba el corazón cada vez más deprisa, no quería decir nada para que la niña no se diera cuenta de lo que pasaba, lo que hacía que la tensión fuera en aumento. No solo se iba nuestro coche, algunos estaban en la cuneta, otros habían dado alguna vuelta.
Un viaje, que me pareció eterno y eso que pasaría en quince minutos a lo sumo, hasta que salimos a la autopista. Para entonces, mi corazón se me había disparado, se me había descompuesto el cuerpo y me sentía morir.

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